lunes, 23 de noviembre de 2009

Presupuestos del cine primitivo

Este cine bebe de las postales cuadro (en sus representaciones pictóricas del encuadre), de los escenarios del vodevil y del melodrama, del circo con sus números, del show del Oeste, del comic-strip… pero no es una traducción literal de ellos. Es claramente otra cosa. Y se mantuvo vivo más allá de 1912, apareciendo en el cine francés hasta el fin de la era muda y dejando huellas visibles en películas americanas hasta 1920.
Destacamos cuatro rasgos formales que facilitan la exterioridad de este tipo de cine:
1- Autarquía y unicidad de cada encuadre. Quedan sin especificar las conexiones espacio-temporales entre encuadres.
2- Descentralización de la imagen. Cada encuadre corresponde a un área de acción susceptible de ser utilizada en todos sus puntos. ¿Dónde mirar?
3- La distancia de la cámara crea un plano más o menos correspondiente a un Plano Medio General. Esto provoca:
- Un efecto de exterioridad: el espectador está en un plano propio, la acción en otro que no anula el del espectador.
- La ausencia de detalles faciales.
- La cámara se centra en lo que pasa, no en la interioridad sicológica.
- Que no sea posible la identificación con los personajes, son seres que se ven en la distancia.
4- Sensación de inconclusión narrativa.

Y además:
5- Uso de trucajes.
6- Virajes a color codificados.
7- El campo se corresponde con:
a. El exterior (encuadrado en la aspiración analógica de la imagen-documento).
b. El escenario construido (encuadrado en el anti-ilusionismo del arte popular y la ciencia).

El espectador tipo necesitaba que alguien le indicara cómo descifrar un medio al que no estaba acostumbrado. Para ello se recurría a intertítulos o explicas (personas que señalaban al público qué y dónde mirar, marcando una línea narrativa y contribuyendo a concluir la historia con información que el espectador desconocía) y generalmente se acompañaban con un pianista. A veces actores se escondían detrás de la pantalla y doblaban las imágenes. Además, al no ser salas especializadas, el “cine” permanecía abierto con constantes idas y venidas de asistentes. Esto nos da una idea de lo alejado que estaba este público del de la sala oscura del clásico.

Extraído de 'Itinerarios. La educación de un soñador de cine', Noël Burch, 1985

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